Su principal estrategia de caza es la emboscada. Se echan boca abajo con la nariz cerca del respiradero de la foca y se mantienen sin hacer ningún tipo de movimiento hasta que su presa sale a respirar. Ahí, se lanzan con todo y descargan una serie de mordiscos fatales en la cabeza de la foca.
Pese a su enorme peso, que puede llegar a los 800 kilos, los osos blancos son animales atléticos, dentro y fuera del agua. Son excelentes nadadores y pueden descansar y dormir en el agua.
Además, son muy buenos caminantes. A una velocidad de 30 km/hora pueden llegar a quebradas y cimas, a los que no cualquiera llega.
En todo caso, si cazan durante el invierno, con la llegada del verano los osos se vuelven casi vegetarianos. Cuando los hielos se van, estos animales vuelven a tierra firme y se alimentan de líquenes, bayas y a veces comen algunos huevos.
Pero ¡ojo!, el oso polar es un animal solitario. Cuando hace mucho frío, hiberna en una pequeña guarida de dos metros de largo que excava en la nieve. ¡Siempre solito!. Excepto cuando tienen crías, a las que les enseñan a nadar y cazar en el agua.

Envuelto en gruesas pieles y capas de grasa para luchar contra el agrio frío del ártico, el oso polar vive y caza en las tierras cercadas por la nieve y en caudales de hielo que rodean al Polo Norte. Un consumado nadador y un depredador solitario -lo es en los caudales de hielos de su dominio-, lo que le puede llevar más allá de su lugar de origen.